El Gobierno de Estados Unidos anunció este viernes un plan para reducir los niveles de tabaquismo en el país que supone un nuevo enfoque sobre el problema. La oficina del Medicamento y Alimentación (FDA, por sus siglas en inglés) se propone obligar a reducir el nivel de nicotina en los cigarrillos de forma que se mitigue su efecto adictivo. Las acciones de las grandes tabaqueras caían a mediodía bruscamente tras el anuncio. Se trata de la primera vez que la regulación afecta a los niveles de nicotina.
El director de la FDA, Scott Gottlieb, se refiere a la nicotina en el comunicado oficial como “el corazón del problema ya la vez la solución” de la adicción al tabaco. “la gran mayoría de las muertes y enfermedades atribuibles al tabaco son causadas por al adicción; es el único producto de consumo legal que, si se usa como se espera, matará a la mitad de sus consumidores a largo plazo”. Y añade: “A no ser que cambiemos de rumbo, 5,6 millones de jóvenes morirán prematuramente por el tabaco”.
Según datos de la FDA, el uso del tabaco causa 480.000 muertes al año y tiene un coste para la sociedad en gastos médicos de 300.000 millones de dólares al año.
El plan no tiene fecha. El comunicado de este viernes anuncia que estas indicaciones generales se concretarán “pronto”. El Gobierno planea “abrir un diálogo” sobre la forma de conseguir reducir la nicotina en el tabaco hasta niveles no adictivos. En su argumentación, la FDA dice que el 90% de los fumadores empezaron antes de los 18 años y que 2.500 jóvenes cada día fuman su primer cigarrillo en Estados Unidos. Abrir el diálogo parece un eufemismo para lo que será una dura negociación en Washington con los lobbies del tabaco.
Las nuevas normas no afectan a la actual estrategia que prevé en un futuro incluir mensajes de advertencia, listas de ingredientes, informes sobre daños reales y potenciales y la eliminación de mensajes que matizan el daño, como light, suave y palabras similares. También se propone buscar “información del público” para regular los “sabores atractivos para los jóvenes”. Una de las piezas centrales de la nueva estrategia es estudiar la influencia de los sabores en la adicción al tabaco.
El objetivo del cambio de estrategia es también empujar a las compañías a centrarse más en el desarrollo de productos menos dañinos que los cigarrillos, otras formas de proveer nicotina a “aquellos adultos que aún la necesiten”. Por eso, asegura, extiende hasta 2021 el plazo para adaptarse a la anterior regulación, de 2016, de forma que las empresas puedan revisar sus productos.
El impacto del anuncio del Gobierno se sintió inmediatamente en la cotización de las grandes tabaqueras. Altria (Marlboro) llegó a caer un 19% y British American Tobacco bajó un 14%. Esta última había adquirido este año la norteamericana Reynolds por 50.000 millones de dólares. Según recordaba Bloomberg, en su argumentación citaba el “atractivo” mercado norteamericano.
Fuente: El País
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